Hay tantas emociones acá plasmadas, escritas.
Palabras destinadas a distintas personas, que ya de alguna forma no están mas en mi vida.
Encontré un texto dedicado a la persona que me enseño que existen los abrazos psicológicos.
Persona a la que nunca vi, solamente una vez por casualidad y ni siquiera me animé a saludar.
El primero que me mostró cómo se sentía que te rompan el corazón.
Persona que probablemente extrañe toda mi vida.
Encontré textos dedicados a la persona que me destrozo el corazón, lo cuido por un tiempo, y finalmente, con mi ayuda esta vez, lo volvió a romper.
Encontré textos dedicados a mi misma, la Aylén del pasado le estaba escribiendo a una Aylén del futuro que no sabía que sería mi presente.
Me leí deseándome paz, amor propio... Cómo me deseaba amor propio!
Así que acá estamos... Aylén. Amándonos, a pesar de todo y de todos.
Te costó un montón, te costó años, te costó lagrimas, personas, pero llegaste.
Llegaste a reconocer hasta donde aguantar, que permitir, que rechazar y sobretodo que merecer.
Llegué, a quererme y respetarme, por sobre cualquier cosa, persona o situación.
Y no tuvo una gota de facilidad.
El amor propio es una construcción diaria, y entendí que, realmente, si no te querés a vos mismo,
no vas a poder querer a nadie de una forma sana y verdadera.
Hubo miedos que atravesar, zonas de confort que abandonar, y salir a una especie de campo de batalla a enfrentarme con todos esos miedos, esas inseguridades, esa sensación de que no merecía mas de lo que ya tenía o había tenido.
Pero triunfar, te muestra que la recompensa es mas grande de lo que pensabas.
Que ahora tenes mas fortaleza, menos miedo, mas seguridad, mas amor, mas verdad y mas felicidad.
Entonces, si este blog todavía existe, y una Aylen del futuro lo encuentra, si hay algo que tengo que desearte, es que hayan concluido satisfactoriamente los proyectos que tenes ahora, que seas más feliz de lo que ya sos.
Ya no te aconsejo como, lo aprendimos.